"Tras cada hombre viviente se encuentran treinta fantasmas, pues tal es la proporción numérica con que los muertos superan a los vivos. Desde el alba de los tiempos, aproximadamente cien mil millones de seres humanos han transitado por el planeta Tierra. Y es en verdad un número interesante, pues por curiosa coincidencia hay aproximadamente cien mil millones de estrellas en nuestro universo local, la Vía Láctea. Así, por cada hombre que jamás ha vivido, luce una estrella en ese Universo." Arthur C. Clarke

miércoles, 28 de octubre de 2009

De Mannahatta a Erytheia

¿Alguna vez os habéis preguntado como sería vuestra ciudad si no se hubiera construido allí una ciudad? Eliminar los edificios, quitar el asfalto e imaginar la tierra, la hierva, los árboles. Todo en una ciudad es artificial. Hasta las alturas. Se allanan colinas, se rellenan vaguadas, se desvían y reencauzan ríos. Poco a poco, año tras año, se reconfigura el paisaje hasta que no queda absolutamente nada del original en kilómetros cuadrados.

Pues no eres el único que ha intentado imaginar cómo sería su ciudad sin la ciudad. Y, como no podía ser de otra manera, la ciudad elegida para este interesante proyecto ha sido Nueva York, más concretamente la isla de Manhattan. Se trata de uno de los lugares más modificados, más artificiales del mundo. Tanto sobre la superficie como bajo ella, todo allí ha sido drásticamente modificado.

Pero antiguamente había hierva bajo la quinta avenida, árboles en Broadway, zorros y venados recorriendo el World Trade Center. La costa no estaba configurada por líneas rectas, y cambiaba cada año al capricho y erosión de mareas, de crecidas, de temporales. El Proyecto Mannahatta intenta recrear ese viejo mundo perdido bajo el suelo de la ciudad más famosa del mundo. Recrearlo con la mayor fiabilidad y seguridad que nos aporta la ciencia, identificar cada especie vegetal que crecía en la isla antes de que el ser humano llegara allí. Cada especie animal. Identificar todos los ecosistemas que habitaron una zona de humedales con una configuración muy particular, pues se trata de una zona muy llana que sufría abundantes inundaciones que reconfiguraban la zona.

Pero el Proyecto Mannahatta no trata únicamente de recrear aquella isla de hace varios siglos, intenta además divulgar ese mundo, que los habitantes de la ciudad conozcan la historia natural del suelo que pisan y adquieran así un respeto por el entorno natural que allí ya no existe.

Me ha gustado este proyecto, me parece una gran iniciativa imaginar cómo sería el mundo sin seres humanos, y me traslada la pregunta a las ciudades que mejor conozco. ¿Cómo sería Madrid? ¿Cuál sería el recorrido del Manzanares? ¿Sería la colina de Plaza de Castilla mucho más escarpada de lo que es ahora la Castellana? ¿Estaría realmente repleta de almendros y madroños? ¿Y habitada por osos y por ciervos? Y la bahía de Cádiz, ¿sería un inmenso humedal tan grande como Doñana, abarcando desde Arcos y Medina Sidonia hasta una costa difuminada en un gran delta? Nunca lo sabremos, pero por lo menos, gracias a este proyecto Mannahatta podemos disfrutar de estas imágenes de la isla de Manhattan antes de la llegada del hombre. ¿Alguien se anima a crear un Proyecto Erytheia?

miércoles, 21 de octubre de 2009

El dinosaurio que vino del otro extremo de la galaxia

"El Sistema Solar da una vuelta alrededor del núcleo de la galaxia una vez cada 228 millones de años. Esto significa que cuando vemos el fósil de un dinosaurio de la Era Mesozoica, por ejemplo, no debería impresionarnos tanto la edad que tiene como el hecho de que ha viajado hasta aquí desde el otro lado de la galaxia". (Visto en Reddit via Fogonazos)


La ciencia tiene en ocasiones algunas reflexiones que me parecen realmente geniales. Las magnitudes más rutinarias son absolutamente desproporcionadas, millones de años y millones de años-luz, inabarcable.


viernes, 9 de octubre de 2009

Gades, Gadir, Cádiz

Como no podía ser de otra manera, inicio mi andadura con la reposición de una de mis entradas favoritas. Ahora pasaré unos días en otra esquina de España, en las rías bajas gallegas. Hasta la semana que viene, que disfrutéis del puente.

Mientras los fenicios ponían la primera piedra de Gades, en la futura Inglaterra unas tribus de la edad de bronce ponían la última piedra de Stonehenge. Pasarían más de mil años antes de que Rómulo y Remo fundaran Roma, la ciudad eterna. Trimilenaria Cádiz, la ciudad más antigua de occidente.

Colonia fenicia en el, entonces, otro extremo de su mundo, con el fin de comerciar con el oro de los tartesios, pobladores del sur de la península, una cultura todavía envuelta en misterio. Llegarían los descendientes de Rómulo y Remo, más de 50 generaciones después, y la rebautizaron como Gadir.

Por tus orillas pasaron Trajano, Amilcar Barca y su hijo Anibal Barca. Bajo el manto romano se convirtió en una urbe del sur, con el mayor teatro de la península, del que solo se conserva una pequeña parte. Entonces completamente rodeada de agua, se convirtió en un punto estratégico para todas las civilizaciones que la han codiciado. Sus mármoles y baños dejaron paso a la argamasa y minaretes árabes, que durante siglos te impregnaron de su cultura. Finalmente unida a tierra firme por una pequeña lengua de tierra, convertida en necrópolis de, hasta ahora, cuatro culturas, y que libra a la península de la desdicha de estar separada de Cádiz.

Cristianizada tras la reconquista, con dos extrañas e imponentes catedrales. Maltratada por corsarios ingleses y derrotada en tus costas de Trafalgar. El oro de las Indias te convirtió en el puerto más importante de Europa y en ciudad famosa por su cultura y letras.

Más recientemente, fuiste cuna de la libertad en España, capital fortuita de los restos que dejaron los franceses, que no llegaron a pisar tus enrevesadas calles. Aquí nació la primera constitución española, de la que pronto se cumplirán 200 años. Cuna de la libertad, cuna de Alberti, Pemán o Falla. Qué difícil es resumir 3500 años de historia, casi 200 generaciones de gaditanos.

Cuna de mis recuerdos, que se entremezclan con tus calles y olores. La Caleta marinera, con sus brazos siempre abiertos a la mar. La Alameda y sus imponentes murallas, con las olas eternamente rompiendo a tus pies. Qué añoranza de tus plazas, Mina, las flores, Catedral, San Juan de Dios o Candelaria. Paseos por Canalejas, por la cuesta de las Calesas, por el barrio de la Viña y la barriada de Santa María. La magia de un atardecer en el campo del Sur, con un cielo malva, grana, sangrante de tu sol moribundo acostándose en tus aguas bravas.

Historias de carnavales, de barbacoas, historias de cargadores subiendo la cuesta Jabonería con el Perdón a hombros. Mañanas en la plaza de España, a la sombra de tus torres y del monumento a nuestra constitución, la Pepa. Tu muelle, que en Cádiz no hay puerto, antaño bosque de sogas, de maromas, de mástiles y velas, hoy torres de cruceros y contenedores. Las Puertas de Tierra, murallas de una ciudad siempre temerosa de sus enemigos, ahora dando la bienvenida a una ciudad acogedora y separando la historia de extramuros, la ciudad nueva, nacida de las cenizas que en 1947 dejó la explosión de los polvorines, explosión que dicen las crónicas se pudo oír en Sevilla, explosión que tiñó, una vez más, tu cielo de la sangre de cientos de gaditanos, en la que sigue siendo una de las mayores tragedias civiles de toda la historia de España. Historia sufrida curada con las sales de tu bahía.

Sufrida sigue siendo la historia de tus hijos, madre, diosa Gades. Miles somos los huidos ante tu incapacidad para alimentarnos. Con todo el dolor y la añoranza de mi lejanía de tu salada claridad, de tu luz voluptuosa. Diosa Gades, madre dolorosa de hijos hambrientos y sedientos de tu abrigo. Te escribo con puñales en mi corazón, como la Pasión, por esa orfandad infinita que me deja tu ausencia cada noche, cada mañana. Mis hijos nunca serán ya tuyos, aunque yo siempre lo seré, hasta que descanse en paz en tus arenas trimilenarias.

jueves, 8 de octubre de 2009

El final del viaje

Hace casi exactamente un año inicié un viaje por la blogosfera a través de dos nuevos blogs (uno de ellos en el más absoluto de los anonimatos). Han sido doce meses de intenso viaje, tras los que regreso con un satisfactorio bagaje y con la sensación de que en la blogosfera siempre seré Adivagar, aquí, en La Llave Tercera y en el anonimato de un blog en otras tierras.

Por tanto, después de este largo viaje he decidido reiniciar la andadura que empecé en este blog hace ya unos años. Empezar de nuevo a dejar aquí mis divagaciones, resucitar este rincón. Mi intención vuelve a ser escribir de lo que me apetezca, sea política, personal, o divagaciones científicas. Contar lo que me apetezca contar, que para eso ando por aquí en zapatillas y ropa cómoda. En casa todo es más fácil.

Vuelvo a casa, y después de tanto tiempo parece ser que casi todos mis vecinos son diferentes. Vuelvo a un rincón de la blogosfera mucho más silencioso. Tras un año muchos habrán olvidado este blog, ahora silencioso. Pero es mi casa, esté quién esté.

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