El drama del universo
Hoy he leído una noticia sorprendente que esconde infinidad de historias conmovedoras. Una noticia interesantísima, por lo menos vista desde 1.400 millones de años luz de distancia, claro. Una de las galaxias relativamente cercana a nuestra Vía Láctea (3C321) está emitiendo, desde su núcleo, un torrente de partículas que está barriendo otra galaxia vecina, en un suceso cósmico incompatible con la vida.
Se trata de las emisiones de radiaciones de alta energía y de partículas cargadas eléctricamente a velocidades cercanas a la de la luz, que se están produciendo en el núcleo de esta pequeña galaxia, provocadas por la absorción de grandes cantidades de materia por parte del agujero negro central. Y este chorro de partículas de alta energía está barriendo con atrocidad una galaxia vecina compuesta por cientos de millones de estrellas. Cientos de millones de estrellas. Muchas veces he hablado de las magnitudes de nuestro universo, y de lo realmente difícil que nos resulta imaginarnos dichas magnitudes. Cientos de millones de estrellas es una cantidad inimaginable, abarcando cientos de miles de años luz, una distancia inconcebible.
Cientos de millones de estrellas, casi con toda seguridad con miles de millones de planetas. Miles de millones de planetas, muy probablemente muchos de ellos rebosantes de vida. Vida inimaginable para nosotros y que ha sido arrasada por los designios de las leyes físicas, tan crueles en ocasiones. No conocemos la asiduidad con la que aparece la vida. De momento solo conocemos un sistema planetario apto para la misma, con un solo planeta con las condiciones necesarias, y ese único experimento, la Tierra, rebosa vida. Tampoco conocemos la asiduidad con la que esa vida adquiere conciencia, y cuándo esa conciencia se torna tecnológica, cuándo brota una civilización, unos seres inteligentes que se preguntan qué es todo esto que les rodea. Pero las leyes de la probabilidad y lo poco que conocemos de nuestro universo nos hacen pensar que entre esos miles de millones de planetas barridos por ese torrente de partículas hay millones de planetas desbordantes de vida, y posiblemente cientos de planetas con seres con una incipiente inteligencia como la nuestra.
En esas condiciones, imaginar el drama vivido en esa galaxia es conmovedor. Millones de conciencias mirando a las estrellas preguntándose qué demonios es esa extraña luminosidad que crece día a día, preguntándose qué pecado han cometido para que ese castigo divino, envuelto en la hermosura de las auroras, caiga sobre ellos. Millones de conciencias, de experiencias personales, miedos, amores y anhelos, civilizaciones, héroes y esclavos, conciencias barridas para siempre en este violento universo que tan estático y tranquilo se nos antoja, en nuestra escala de tiempo ridículamente corta.
En esa hermosa foto estamos observando la tragedia más conmovedora de la que hemos sido testigos, aunque apenas seamos conscientes de ello. 1.400 millones de años luz. Algún día nos llegarán los desesperados gritos de auxilio de seres que jamás conoceremos. O alguna señal de despedida en su intento por perdurar a la eternidad, por transmitir algo de lo que un día fueron.
NOTA: en la noticia de elmundo.es que enlazo hay un pequeño error. Comentan que la víctima es una constelación vecina, cuando en realidad debían hablar de galaxia vecina. En realidad las constelaciones solo son vecinas en la bóveda celeste desde un punto de vista completamente subjetivo. Esas estrellas a las que damos forma no suelen ser, ni mucho menos, próximas. Y menos cuando hablamos de galaxias, que es a lo que se refiere realmente la noticia.
10 comentarios:
Por ahora nos queda la duda. Millones de conciencias sufriendo... o no. Es un asunto sobre el que yo ya había meditado antes... ¡Qué extraña cualidad la del ser humano, capaz de sufrir por algo que quizá ni exista!
Es cierto, es posible que ni tan siquiera exista ese drama, pero solo la idea ya resulta conmovedora. Quizá seamos los únicos que nos preguntamos porqué estamos aquí. Pero el espacio es tan grande que resulta dificil pensar que somos la única conciencia del universo.
Por cierto, que tranquilidad volver a la ciencia después de la crispación.......aaaaaaah
Entonces esto ha pasado has 1.400 años ¿no? Quiero decir, lo que vemos en el cielo es el pasado, no lo que está ocurriendo ahora.
Se me ponen los pelillos de punta...
Me creo haberte dicho alguna vez que eres un poeta del Cosmos.
Un abrazo.
Scout, sucedió hace un poquito más de tiempo, 1.400 millones de años. De todos modos me gustaría verificar ese dato, porque me parece que se les ha colado algún cero.
Dardo, me lo comentaste en otra entrada, sí. Muchas gracias por tus palabras.
Un abrazo.
Uy, me he comido los millones así con todo el morro, jajajaja. Si fuesen euros sería rica, jajajaja.
;-)
Impresionante, lo postee en Igooh, visitalo porfa!
www.igooh.com.ar
Bs!
Fabio
fabio, gracias por postearlo, no hay problemas. Ahora mismo voy a visitarlo.
Hola, es la primera vez que entro en tu blog (vía fogonazos) y este post me ha conmovido, y te digo que pocas cosas que pueda leer en internet me conmueven ya...
Muy, muy, muy bueno.
Gracias, Marcelo.
Hombre, todavía hay muchas cosas conmovedoras, y en Internet se pueden encontrar muchas. Ya has visto en el otro post que no solo trato en este blog cuestiones de ciencia, así que eres libre de hacer lo que gustes, leer solo las entradas que te interesen o no volver más. Muchas veces estoy tentado de entrar únicamente en blogs en los que dicen solo lo que yo quiero oír, pero de esa manera me perdería muchas opiniones diferentes.
Un saludo
Publicar un comentario