"Tras cada hombre viviente se encuentran treinta fantasmas, pues tal es la proporción numérica con que los muertos superan a los vivos. Desde el alba de los tiempos, aproximadamente cien mil millones de seres humanos han transitado por el planeta Tierra. Y es en verdad un número interesante, pues por curiosa coincidencia hay aproximadamente cien mil millones de estrellas en nuestro universo local, la Vía Láctea. Así, por cada hombre que jamás ha vivido, luce una estrella en ese Universo." Arthur C. Clarke

martes, 5 de febrero de 2008

Las democracias

Dicen que la democracia es el menos malo de los sistemas políticos. Posiblemente sea cierto, sobre todo teniendo en cuenta la naturaleza humana.

Pero la democracia tiene muchas formas, todas ellas con su ración de verdad. Y todas ellas con sus errores. La democracia debe basarse en la voluntad popular, pero ésta también tiene muchas formas. Por poner un ejemplo, podría plantearse el voto negativo, que se restaría a los votos positivos que obtuviera ese partido. Yo no voto al partido que prefiero, sino que le doy un voto negativo al partido que no quiero que gane. Los resultados posiblemente serían sorprendentes. Pero no hay que irse a un caso tan extremo como éste para ver las debilidades y particularidades de este sistema en el que estamos felizmente inmersos. Nos bastaría con echar un vistazo a los diferentes modos de votación democrática que observamos a nuestro alrededor, tanto en el ámbito de la política nacional de distintos estados como en ámbitos algo más mundanos.

Para explicarme, lo mejor, un ejemplo. El ejemplo lo he tomado prestado de un libro de divulgación científica para principiantes muy recomendable, "¿porqué la nieve es blanca?". Por si alguien se lee el libro, el artículo sobre métodos de votación tiene un par de errores en las cifras, por lo que si alguien se molesta en comprobar sus cálculos verá que son erróneos. Por ello, he cogido la idea para formular mi propio ejemplo.

Supongamos que tenemos una votación en la que tenemos que escoger entre cinco candidatos, a los que, en un alarde de originalidad, llamaremos A, B, C, D y E.

A continuación supongamos que tenemos 55 electores, cuyas preferencias entre los distintos candidatos, por orden de mayor a menor afinidad o simpatía, son las mostradas a continuación:

18 prefieren a los candidatos en este orden: ADECB
12 prefieren a los candidatos en este orden: BEDCA
10 prefieren a los candidatos en este orden: CBEDA
9 prefieren a los candidatos en este orden: DCEBA
4 prefieren a los candidatos en este orden: EBDCA
2 prefieren a los candidatos en este orden: ECDBA

Una vez que tenemos las prioridades de nuestro electorado definidas, vamos a ver cómo resultaría la votación empleando diferentes métodos democráticos.

Caso 1. Votación única. Cada elector vota a su primera opción. Este es grosso modo el método que tenemos en España. En nuestro caso el ganador sería A con 18 votos.

Caso 2. Doble vuelta. Cada elector vota a su primera opción. Con los resultados se escogen a los dos primeros y se realiza una segunda votación sobre ellos. Más o menos como el sistema francés. En nuestro caso en la primera vuelta pasarían A con 18 votos y B con 12. Pero el ganador en la segunda vuelta sería B con 37 votos contra los 18 de A.

Caso 3. Eliminatoria. En cada turno se elimina uno de los candidatos, el menos votado. Es el método, por ejemplo, empleado para escoger ciudad olímpica. En la primera votación caería E con solo 6 votos. En la segunda caería D con 9 votos. En la tercera caería B con 16 votos. En la cuarta y última votación caería A con 18 votos, resultando ganador con este sistema C con 37 votos.

Caso 4. Votación ponderada. Cada votante da 5 puntos a su primera opción, 4 a su segunda opción, 3 a su tercera opción, 2 a su cuarta opción y un solo punto a su quinta opción. Un ejemplo de este sistema, el concurso de Eurovisión. En nuestro ejemplo el ganador sería D con 191 votos.

Caso 5. Método de Condorcet. Sistema de votación a modo de liguilla, todos contra todos. Se vota una vez para cada combinación de dos candidatos, estableciéndose una clasificación en función de votaciones ganadas, a modo de liga de baloncesto (no es que no me guste el futbol, es que en el baloncesto no hay empates, con lo que la similitud es mayor). En nuestro caso el ganador de nuestras elecciones sería E, ya que ganaría su votación sobre todos y cada uno de sus rivales en elecciones independientes. Posiblemente, quizá, tal vez, es posible... que este sea el método más justo, pero es inviable. Imaginar un proceso electoral así: semana 1, elecciones de PSOE contra PP, semana 2, elecciones de PP contra IU, semana 3, elecciones de PSOE contra PNV, semana 4, elecciones de PA contra IRC... una locura.

Y todo esto suponiendo el principio de un ciudadano, un voto, sin entrar en distritos y representabilidad territorial ni minorías. Cada sistema tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Unos premian unos valores y otros premian otros. Sería difícil decantarse por un método u otro, y más difícil todavía asegurar qué sistema es el más justo. Pero bueno, debemos pensar que a pesar de todas estas dudas, no deja de ser el mejor de los sistemas políticos. Desde luego los hay mucho peores...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El juego que nos propones es muy bueno para darnos cuenta de que el sistema democrático, como representante de la voluntad general, tiene bastantes peros.
Yo no creo que haya unos sistemas mejores que otros. Yo creo que un sistema será más recomendable que otro según quienes son los aspirantes a gobernar, cual es el pueblo que será gobernado y cual la situación histórica.

Lino Moinelo dijo...

Estimados incorrecto y adivagar.

El sistema democrático, no se si será bueno o malo, pero es el único capáz de representar al pueblo, por propia definición.

Cualquier otro, dará preferencia forzosamente a alguna otra oligarquía u aristocracia, según sea el caso.

Los sistemas de elección NO SON, el sistema democrático, como mucha gente cree.

El sitema democrático es el conjunto de métodos e instituciones que posibilitan que el pueblo gobierne. Quien sea el presidente de gobierno, o el partido ganador, es lo de menos.

Ocurre que llevamos muchos años pensando que este régimen es democrático y no lo es, por lo tanto, no sirve como ejemplo. Otro factor de confusión son los EUA. Bush apenas tiene autoridad DENTRO de los EUA. En cada estado hay unas leyes que defienden al ciudadano ferreamente. Pero FUERA de los EUA, hace lo que le da la gana, y a los demás nos parece que es el amo y señor de sus territorios. ¿por qué? sencillamente, porque en EUA hay democracia y en la mayor parte del resto del mundo no.

Por todo esto, cada uno de los sistemas de elección que dices tiene su aplicación justificada según sea el ámbito. El método eliminatoria no lo he entendido, pero se aplica cuando hay muchas opciones y se deben ir eliminando. El método condorcet, es efectivamente, una locura, y no tiene sentido en el marco político, ya que no son partidos (de juego) con solo dos jugadores, juegan todos a al vez, en un único partido. La votación ponderada es otro error ¿quien da las ponderaciones?. En mi opinión el más justo es el de doble vuelta. Una primera eliminación, y luego se eligen de entre los dos más votados.

Pero todo esto es insustancial. Una de las cosas más importantes en la democracia es la aceptación de las reglas del juego, aplicadas en igualdad para todos. Tal vez no sean correctas, pero el fallo lo padecen todos por igual.

Otra norma en la democracia, fundamental, es la posibilidad de impugnar de su cargo al gobernante. Esto es prácticamente imposible en el sistema español, lo que hace que nos acostumbrermos a aceptar que gobierna Zapatero o gobierna el PP. Nadie se ha dado cuenta de que ¡¡¡nunca gobiernan los ciudadanos!!!

En los sistemas de democracia directa como en Suiza, los representantes apenas tienen una función más que administrativa y burocrática. En los EUA, Reino Unido, Nueva Zelanda o incluso Chile [sistema representativo], los representantes son elegidos uno a uno, diputados y el presidente del ejecutivo, gobierno o Jefe de Estado incluido [separación de poderes], lo que posibilita que los diputados depongan al presidente, y que los diputados puedan ser removidos de su escaño por los ciudadanos. Es decir, gobierna el puenlo.

Saludos

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