"Tras cada hombre viviente se encuentran treinta fantasmas, pues tal es la proporción numérica con que los muertos superan a los vivos. Desde el alba de los tiempos, aproximadamente cien mil millones de seres humanos han transitado por el planeta Tierra. Y es en verdad un número interesante, pues por curiosa coincidencia hay aproximadamente cien mil millones de estrellas en nuestro universo local, la Vía Láctea. Así, por cada hombre que jamás ha vivido, luce una estrella en ese Universo." Arthur C. Clarke

jueves, 29 de noviembre de 2007

Júpiter en Virgo, ginecólogo en Tauro

Siempre me ha parecido curioso como mucha gente niega la existencia de Dios y rellena ese hueco con creencias y supersticiones de lo más absurdas. La más extendida de ellas es la astrología. Parece ser que la posición de las estrellas y planetas en el momento de nuestro nacimiento marcará por siempre nuestra vida. Y más curioso me parece todavía que usen la propia ciencia para justificarse. Seguro que habéis escuchado muchas veces eso de “mira cómo afecta la gravedad de la Luna en la Tierra, ¡si hasta nacen más niños con luna llena! Pues imagina como nos afectan el resto de planetas, que son mucho más grandes. Si la Luna provoca las mareas, nos tiene que afectar también a nosotros, que somos casi todo agua.”

Pues vamos poco a poco. Efectivamente, la luna nos afecta. Pero siento desmentir mitos, no hay ninguna estadística que muestre que los días de luna llena nazcan más niños que el resto de días. Y llevamos ya muchos años y muchos millones de niños como muestra. Pero claro, siempre nos quedamos con eso de “pues Daniel se adelantó semana y media y coincidió con luna llena”, y nos olvidamos de que por ese hay otros treinta que no coinciden. Memoria selectiva. Además habrá que ver lo que consideran los padres como luna llena, posiblemente abarque medio mes. Pero es cierto, la luna tiene su efecto en la vida, y lo trataré en otra entrada. Como anticipo diré también que el ciclo menstrual femenino no tiene absolutamente nada que ver con la luna, más que una curiosa e inexacta casualidad. Siento decirlo, pero no es más que otro mito sin fundamento.

Pero volvamos al tema de la astrología. ¿Realmente nos afecta la gravedad de esos planetas? ¿Importa si Marte está en la constelación de acuario o entrando en la de cáncer? El primer dato para hacernos una idea de la fiabilidad de la astrología es que las constelaciones del zodiaco tienen más de dos milenios de antigüedad, y en ese tiempo la órbita terrestre y los movimientos de la Tierra no se han mantenido perfectamente estables. El resultado es que las fechas empleadas en la astrología no coinciden con las reales. Según la astrología, yo soy acuario. Pero resulta que el sol no estaba en acuario en el momento de mi nacimiento, sino en capricornio. Fijaros, a modo de otro ejemplo, en el día más largo del año. Ya no coincide con la noche de San Juan, sino tres días antes, el 21 de junio. Pero bueno, a la astrología poco le importa la veracidad.

Pero dejémonos de cháchara y vayamos a la ciencia. Es muy sencillo, no tenemos más que coger la fórmula de la gravitación universal y aplicarla a la Luna, Júpiter, Marte y todo cuerpo que queramos. Así podemos medir exactamente la atracción que cada cuerpo ejerce sobre nosotros. Empecemos con el planeta más cercano a nosotros, que no es otro que... la Tierra, claro. La Tierra tiene una masa de aproximadamente 5,97*10^24 kilogramos. Su centro de gravedad está a una distancia de 6.370.000 metros de nosotros. Aplicamos la fórmula que nos legó Newton: F = G * (m/r^2), donde “m” es la masa, “r” la distancia y G una constante universal, es decir, que es igual en cualquier lugar del universo y para cualquier cuerpo (G = 6.6739*10^-11). Cogemos una calculadora y obtenemos que la aceleración de la gravedad en la superficie de la Tierra es de 9,81 metros por segundo al cuadrado. Claro, esa es la gravedad en la Tierra, era de esperar que el resultado fuera ese. Hacemos lo mismo con el resto de planetas. Si queréis comprobar los cálculos, no tenéis más que ir a la wikipedia, buscar el planeta que queráis calcular, coger los dos datos, y aplicar la sencillita fórmula.

Los resultados son los siguientes (todos en m/(s^2)), ya ordenados de mayor a menor influencia gravitatoria:

Tierra = 9.81
Sol = 0.00593
Luna = 0.00003319
Júpiter = 0.000000321
Venus = 0.000000184
Saturno = 0.0000000232
Marte = 0.00000000704
Mercurio = 0.0000000026
Urano = 0.000000000783
Neptuno = 0.000000000361
Plutón = 0.0000000000000259

Lo primero que llama la atención es que el sol ejerce mucha más fuerza gravitatoria sobre nosotros que la Luna, pero en cambio Catalina provoca las mareas y Lorenzo no. La razón es que las mareas no están provocadas exactamente por la gravedad, sino por la diferencia de gravedad entre dos puntos. El sol está tan alejado de nosotros que ejerce la misma atracción sobre Madrid que sobre Tokio. En el caso de la Luna, al estar mucho más cerca, esa pequeña diferencia provoca el movimiento de marea. Pero esa es ya otra historia.

Vemos en la lista que la gravedad ejercida por Júpiter, Marte o Venus es menos de un 1% de la ejercida por la Luna, que ya es cientos de miles de veces menor que la ejercida por la Tierra. Es decir, completamente despreciable. Sobre todo si la comparamos con otros objetos presentes en el momento de nuestro nacimiento. Por ejemplo, digamos que el médico pesaba 80Kg. Y en el momento de mi nacimiento su centro de gravedad estaba a medio metro de mi madre. Aplicando la formulita, vemos que la fuerza de gravedad ejercida por el médico sobre mí era de 0.0000000213, es decir, mucho mayor que la de Marte. Y la camilla del parto seguro que pesaba más que el médico y estaba más cerca que él. El cinturón de la monitorización fetal, al estar tan cercano, ejerce un tirón gravitacional mayor que el de la Luna. Y el nervioso marido de al lado. Y el gotero de suero o el bisturí. Y el edificio del Hospital. Y toda una ciudad a nuestro alrededor.

Es decir, en función de la fuerza de gravitación que ejerce sobre nosotros, es más importante la marca del aparato de monitorización, el material de la camilla, o los problemas de obesidad del ginecólogo que la posición de lejanos planetas en función de cómo era el zodiaco hace 2.000 años.

21 comentarios:

Maripuchi dijo...

De chavalilla me leía los horóscopos porque siempre decían que ligaría con el chico de mis sueños y demás...
Ahora, sigo sin creerme nada...
Si uno lee las características por signo del zodiaco, llega a la conclusión de que son intercambiables entre sí.

Vamos, que si no me creo lo uno, menos me creo lo otro... Soy, lo que podría decirse, una mujer de poca fe.

Besos

Anónimo dijo...

Enhorabuena tío, me ha encantado la entrada.
No hace falta más que un poquitín de ciencia para arrebatar estas creencias increibles del espíritu de la gente.
Este tipo de creencias se estaban terminando de superar ya en tiempos de los godos. Es algo tan primitivo que parece increíble que en pleno siglo XXI haya tanta gente que se lo crea.
Creo que era Chesterton el que decía algo así como lo que dices al principio de la entrada:el que deja de creer en Dios puede llegar a creer en cualquier cosa.

animalpolítico dijo...

Me parece, como siempre, una entrada muy bien escrita y muy pedagógica.

Por mor de hablar de algo te diría que yo no calificaría las creencias de nadie como 'absurdas'. Son creencias. Visto desde las antípodas o desde otro tiempo supongo que la creencia de que si repites no sé cuántas veces el Ave María pasando tus dedos por las cuentas de un rosario estás más cerca de ganarte el Cielo puede parecer una creencia absurda. ¿No? ¿O es algo científico?

Enriquenonpraevalebunt dijo...

Animalpolítico, veo que tienes una visión del cristianismo que se aleja bastante de la verdadera fe de Jesucristo. No lo tomes como un reproche sino como una invitación a profundizar. Creo que si lo hicieras te enriquecería mucho, por no decir palabras mayores a "enriquecer". El milagro más impresionante que se produce en el seno de esta fe es la conversión del hombre (cambio, hombre nuevo)que te aseguro que es mucho más difícil que mover montañas.
Te podría hacer referencia a muchas citas pero me quedo con esta: «No todo el que me diga: ‘Señor, Señor’, entrará en el Reino de los cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial. Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero ella no cayó, porque estaba cimentada sobre roca. Y todo el que oiga estas palabras mías y no las ponga en práctica, será como el hombre insensato que edificó su casa sobre arena: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, irrumpieron contra aquella casa y cayó, y fue grande su ruina».
La oración no es solamente pasar las cuentas del rosario o decir "señor, señor", es mucho más, y aeste mucho más no se llega por ciencia infusa.

animalpolítico dijo...

Querido Enrique:

No creo que puedas ver cuál es mi visión del cristianismo a partir de mis palabras un poco más arriba. Porque yo no he hablado de eso. He hablado de ciertas creencias "aminoradas" asociadas a la religión católica. He hecho referencia a la presencia entre un número indeterminado de practicantes de esa fe de actitudes que en el fondo son muy semejantes a los que nuestro amigo común, Adivagar, tilda de "absurdas". Y pongo un ejemplo de ello. Un ejemplo, por cierto, que también Jesús de Nazaret había visto, a tenor de la cita que nos traes.

De las complejidades de la fe en todos los tipos de creyentes no he hablado. Ello no es el objeto de mi reflexión.

Enriquenonpraevalebunt dijo...

Querido animalpolítico:
1. Es cierto lo que dices de que he ido bastante más allá de aquello a lo que te refieres en tu respuesta. Incluso he deducido de tu comentario que tienes un juicio -muy común hoy en día- de desprecio hacia la Iglesia Católica, su fe y sus costumbres en general. Por tu comentario pensé que serías uno de todos estos jueces.
También las limitaciones de escritura de los blogs nos impiden llegar a decir, y conocer las opiniones, tanto como nos gustaría. Perdóname por haber dado a entender que te falta un conocimiento de una profundidad mínima sobre la fe de la Iglesia.
2. Remitiéndome exclusivamente a la letra de tu comentario te diré lo que pienso. Ese "número indeterminado de practicantes de esa fe de actitudes que en el fondo son muy semejantes a los que nuestro amigo común, Adivagar, tilda de "absurdas"" debe ser bastante mínimo porque te puedo asegurar que la gente que conozco que practican el rezo del rosario tienen un sentimiento y un conocimiento de esa fe bastante profundo. Llegar, en la piedad católica, a rezar habitualmente el rosario, es síntoma de una profundidad que se sale de la media. Aunque, suponiendo que ese número indeterminado llegara incluso a ser uno, seguirías teniendo razón.
3. Si lo que quieres decir es que el rezo del rosario es un ejemplo de creencias absurdas te respondo que la oración vocal está presente en el evangelio de manera sustancial desde el principio hasta el final, concretamente en el Padre Nuestro, que es una oración dictada por Jesucristo para enseñarnos a rezar.

Rocío Rico dijo...

Me ha gustado mucho lo que ha escrito Adivagar. Yo tampoco creo en la astrología, ni, en general, tengo practicamente ninguna superstición.

También me ha gustado mucho el comentario de Animalpolítico. Yo también creo que no se puede tildar de absurda ninguna creencia, porque siempre todas lo son desde el punto de vista de quien no las comparte, y no lo son en absoluto desde el punto de vista de quien cree en ellas.
Incluídas las religiones, como creencias que son.

Rocío Rico dijo...

Y no demostrables por la ciencia.

Enriquenonpraevalebunt dijo...

Querido Leg:
No estoy para nada de acuerdo contigo en meter a todas las creencias en el mismo saco.
Según vemos en la entrada de adivagar, está demostrado científicamente que la posición de los planetas y galaxias en el momento de nuestro nacimiento no influyen para nada en nuestra vida.
Sin embargo, la ciencia no puede demostrar la inexistencia de Dios, es más, el estudio de la naturaleza, desde el cosmos hasta las partículas más pequeñas, nos muestra un orden tan perfecto y nos formula una duda tan grande respecto al origen que nos dirige más la mirada hacia un Dios creador que a un materialismo inexplicable.
Partiendo del orden existente es mucho más razonable pensar en un Dios creador que en una materia casual ordenada por leyes casuales y, además, todo esto eterno.
Bueno creo que está claro que no se puede meter en un mismo saco cualquier creencia.

Rocío Rico dijo...

La ciencia no puede explicar la existencia de un dios.

Las conclusiones que tú saques de cómo puede ser que el universo sea tan perfecto (si es que lo es), son cosa tuya, parte de tus creencias. Creencias religiosas, en tu caso.

Evidentemente, piensas así porque tienes esa creencia, que es lo que yo quería decir. Como crees en un dios, te parece que es lo más lógico y lo más acertado (evidentemente, si no, no creerías).
Si creyeras en la astrología, pensarías que es lo más lógico y atinado creer en ella, y que es absurdo pensar que existe un ente todopoderoso en el universo responsable de lo que sucede en él.

No quiero valorar la creencia en dios, simplemente transmitir la idea de que las personas entendemos como ciertas, lógicas y acertadas nuestras propias creencias. Sean cuales sean.
Cosa lógica, puesto que creemos en ellas.

Soy "querida", por cierto.
;-)

Adivagar dijo...

Queridos todos.

Interesante conversación. Solo quería intervenir para comentar un par de cosillas. A mí las supersticiones me parecen absurdas, aun teniendo en cuenta que, como todos, también tengo alguna. Pero claro, ahora las llamamos manías...

Con respecto a la religión, creo que no se puede buscar apoyo científico a determinados temas, porque la causa del universo estará siempre fuera del ámbito de la ciencia. La ciencia solo puede actuar dentro del marco del universo. La ciencia puede determinar una ley universal, pero jamás puede explicar la causa última de esa ley. El universo debe tener una causa última, y esta se escapa de la ciencia, y más si recordamos que el concepto de infinito es una herramiento científica para mejorar nuestros modelos, pero en la realidad, el infinito no existe. El universo no es infinito, el universo no puede extenderse hacia atrás en el infinito. El infinito es una entelequia.

Estoy de acuerdo en que hay creencias y creencias. La religión no intenta sustentarse con la ciencia, pero la astrología sí.

Saludos a todos, queridos y queridas.

Rocío Rico dijo...

Uy, me has recordado algunas de mis preguntas pendientes.

Verás, siempre he sostenido que hay conceptos que no existen en realidad, que nos hemos inventado para explicar ciertas cosas. Y creo que no existen por el simple hecho de que la mente humana no los puede comprender.
Uno de ellos es el de infinito.
A ese ya me has contestado, pues dices que no existe. Bien.

Pero si el universo no es infinito, eso quiere decir que tiene un principio y un fin, tanto en el espacio como en el tiempo.
¿Qué hay donde ya no hay universo?
¿Qué había antes, y qué habrá después? ¿Nada? ... pues ahí es donde surge el otro concepto que no comprendo: nada.
¿Qué es nada?

Entiendo la nada como contraposición a "algo", quiero decir, que puedo entender que si el universo es, por ejemplo, un cubo, la nada sea un espacio "hueco" que empieza donde termina el cubo.
Pero si ese cubo no existiese... ¿puede la nada existir por sí sola?

No sé si me explico... a estas alturas me releo y me parezco un poco chiflada...

Butzer dijo...

Bueno, creo q cada cual necesita a algo a lo que aferrarse. Unos utilizan la religión, otros utilizan "otras creencias"... Creo que es algo propio del hombre.

Saludos.

animalpolítico dijo...

Gracias, Leg, y todos por vuestras palabras.

Francamente creo que Adivagar da en el clavo. La causa, el origen del universo es algo ignoto. Como tal, es objeto de especulaciones sin fin. Unas pretenden ser científicas y se basan en datos científicos (Big Bang, etc.). Otras son filosóficas (el ápeiron de la filosofía griega antigua) o religiosas (todas las religiones del mundo tratan el tema del origen de éste).

Es evidente que la ciencia no puede probar que Dios no existe. Pero tampoco puede probar que sí.

Luego, en el difícil tema de la existencia de Dios nos movemos en la esfera de la fe. De la creencia y de nada más.

Realmente, no podemos mostrar científicamente que la posición de los astros no influye en las vidas de la gente. Intuimos que no es así, pero ¿demostrar?

En cualquier caso, en el terreno de la fe o de las creencias hay de todo, creencias más o menos razonables, mantenidas por más o menos gente, con más o menos tradición y alcance o relevancia histórica, política, etc.

Uno puede tener sensaciones sobre ciertas creencias, personales, como las que ha manifestado Adivagar. Yo, desde niño, consideraba absurdo, y era plenamente creyente, que alguien pudiera pensar que hacías algún bien a alguien por no comer carne los viernes... y ponerte 'morao' a marisco...

No quiero ridiculizar nada. Quiero transmitir que, evidentemente, cualquier religión está compuesta en un alto grado, de fe, de creencia.

Gonover dijo...

Personalmente creo que hay que distinguir entre creencias y supersticiones. Si bien en el significado del diccionario pueden entrar millones de acepciones, creo que es más que admitido que cuando hablamos, en esta materia, de creencias, hablamos de religiones tal y como las conocemos (cristianismo, budismo, hinduismo,...).

La astrología, entiendo, entra en el campo de la superstición.

Calificar una u otra cosa tiene una dimensión enormemente distinta.

No es una superstición rezar el rosario, pero no salir de casa porque el horóscopo dice que todos los libra van a tener un día chungo, sí lo es. Sé que he puesto un extremo ejemplo, pero siempre me viene a la mente los comentarios del padre de un buen amigo, que se cataloga como ateo convencido (y además, empeñado, no sé por qué, en tratar de derribar todo argumento del creyente que se le ponga a tiro), siempre está cargado de supersticiones, de mensajes astrológicos. Cree firmemente en la astrología, en las videncias (me refiero a la lectura de manos, brujería astrológica o como le queramos llamar), pero le resulta imposible creer en Dios, sea la forma que queramos darle.

Eso es lo que me parece inaudito. Pero a la vez explica, en mi opinión, que la naturaleza del hombre, tarde o temprano, necesita buscar "algo a lo que aferrarse".

Adivagar dijo...

Ciertamente la creencia es una necesidad humana, pero no se queda ahí. Somos conscientes de la existencia de nuestro universo, de nuestras vidas y entorno. Pero todo esto debe tener una causa, un principio. La explicación de un universo autocontenido, a mí no me satisface, pues el universo es una contingencia, no tiene porqué existir. Luego debe haber una causa primera.

Y esa causa primera está fuera de la ciencia y dentro de la creencia, que en mi opinión, como dice Gonover, no es lo mismo que la superstición, aunque sea en matices. Las creencias religiosas forman una cosmovisión completa que explica de modo independiente de la existencia del hombre, o lo intenta, el universo y la vida. Las supersticiones no intentan explicar nada, ni se preguntan el origen de todo lo que es, ni son en absoluto independientes de la existencia humana, no hacen más que establecer relaciones causa-efecto de modo arbitrario. Pero eso, no es más que una opinión, pues llegar a la explicación de la existencia de nuestro universo y nuestras vidas es algo que se escapa completamente de nuestra inteligencia, aunque podamos llegar a "intuir" algo.

Leg, ¡¡ojalá pudiera responder a tus preguntas!! Te daré algunas de las respuestas que dan la ciencia. El universo es finito, pero no tiene fronteras, no tiene ningún límite al que nos podamos asomar a ver qué hay ahí fuera. Sí, es algo sorprendente, pero lo intentaré explicar. El mejor ejemplo es imaginarse el universo como la superficie de un globo. La superficie de un globo es finita, por ejemplo de un metro cuadrado, pero esa superficie no tiene límites, como sí los tendría la superficie de un folio.

Pero lo más dificil de entender es lo siguiente: tanto el tiempo como el espacio (y las leyes que los relacionan) son características de este universo, por lo que fuera del universo no existe ni el espacio ni el tiempo, no tienen lugar. Por ese mismo motivo no existe un tiempo anterior al big bang, no existe un tiempo anterior ni posterior a la existencia del universo, pues el tiempo está contenido únicamente en el universo. Sé que es algo muy poco intuitivo e imposible de comprender. Si te sirve de consuelo, yo entiendo las ideas, pero no comprendo esos conceptos.

Un saludo.

Por cierto, el concepto de nada es muy parecido al de infinito, y su existencia también podría ser infinitesimal...

Rocío Rico dijo...

Voy primero a la segunda cuestión: la del espacio y tiempo sólo en el universo. Entiendo la idea, bien, incluso me serviría como explicación válida... pero.... ¿cómo sabemos eso?

¿Es realmente así, o es sólo otra forma de salir del atolladero de la respuesta a preguntas difíciles?

Osea, ¿esa idea parte de algún sitio, tiene alguna posible demostración...?

Adivagar dijo...

Estas son respuestas que se obtienen de desarrollos matemáticos, donde la abstracción ha dejado atrás todo lo que podemos visualizar mediante el sentido común. Se supone que es cierto, que tiempo y espacio están ligado a la existencia de este universo. Pero es algo a lo que se opone nuestro sentido común, nuestra conciencia. No podemos llegar más lejos... Ya me gustaría dar una respuesta más concreta!

Rocío Rico dijo...

Ah, se supone, como el valor en la mili... en fin, no siempre va a haber respuestas para todo, y menos siendo tan limitados como somos.

Lo del globo... entiendo que no tiene fronteras porque se expande y se encoge ¿no es eso? ... pero, independientemente de eso, tiene que haber un lugar donde acabe, aunque cambie incluso cada segundo, y a partir de ese lugar... ¿qué hay?

Na, son preguntas retóricas ya, no te acoso más... Sólo prométeme que si un día te enteras de algo me lo vas a venir a contar ;-)

Adivagar dijo...

Leg, te aseguro que si un día descubro de donde viene el úniverso, cual fue su origen, qué hay más allá, qué había antes o qué habrá después, te lo contaré. Entre entrevista y entrevista, antes o después de la cita con los nobel o de las fotos con Times o Science, encontraré un momento para contarlo en este blog... ;-D

Rocío Rico dijo...

Y yo que lo vea.

;-)

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