"Tras cada hombre viviente se encuentran treinta fantasmas, pues tal es la proporción numérica con que los muertos superan a los vivos. Desde el alba de los tiempos, aproximadamente cien mil millones de seres humanos han transitado por el planeta Tierra. Y es en verdad un número interesante, pues por curiosa coincidencia hay aproximadamente cien mil millones de estrellas en nuestro universo local, la Vía Láctea. Así, por cada hombre que jamás ha vivido, luce una estrella en ese Universo." Arthur C. Clarke

jueves, 28 de junio de 2007

La insoportable levedad de la materia (2 de 2)

Continuando con la entrada anterior, y una vez vista la teoría sobre la composición de la materia, voy a dejar a un lado toda esa teoría de partículas y voy a entrar en su disposición espacial y dimensional. Aquí podéis ver un modelo a escala del átomo más pequeño que existe, el hidrógeno. Vemos que el material principal del que está hecho absolutamente todo es... el vacío. A la escala que muestra el modelo, la distancia entre el protón y el electrón es de 18Km de absoluto vacío. Y si nos introducimos en el protón nos encontraremos con que está compuesto por tres partículas del mismo tamaño del electrón. A medida que vemos átomos más grandes, las distancias de las órbitas de los electrones aumentan enormemente, aumentando el vacío de la materia, dejando una insustancialidad sorprendente. La materia se vuelve cada vez más débil. Y posiblemente esos quarks y electrones estén compuestos por partículas infinitamente más pequeñas.

Vemos que los átomos no son más que pelotas de vacío sólido e impenetrable. Pero, ¿qué es el vacío? Aristóteles no era ingenuo, el vacío tiene que sustentarse en algo. El espacio que ocupa un cuerpo, no la materia en sí, también debe estar estructurado. El espacio debe tener una estructura subyacente, un escenario activo que permite la existencia de todo lo que es, no un mero escenario pasivo. ¿De qué está compuesto el espacio, el vacío, el escenario del universo? Ocupamos un lugar, pero, ¿qué es ese lugar? Ese es otro tema en el que apenas hemos empezado a rascar la superficie, y se me antoja demasiado lejano como para poder estudiarlo.

La materia está casi absolutamente hueca, se diría que no es más que condensación de energía. Lo único que nos impide atravesar una pared es la energía que repele los electrones de las superficies de ambos cuerpos. Todo lo que tocamos y sentimos como cuerpos sólidos no son más que interacciones energéticas, dejando a la materia como algo insustancial y otorgando esa sustancia existencial a los cuatro distintos tipos de energía. Nosotros estamos compuestos de materia, y la materia, literalmente, no existe...

11 comentarios:

Dardo dijo...

Adivagar; ¡fascinante!. Ya te hablé que lo de la "condensación de energía", pero con otra expresión ("paquetes de ondas") lo leí no precisamente en un libro de Física, sino de Teología.

Amigo. Cada día te está quedando mejor este tu gran blog. Donde alternas con oportunidad los contenidos.

Animo.

Dardo dijo...

Te he dejado un apunte sobre la hipótesis sombría en neardentales. Tiene que ver con una película: 2001.Odisea en el espacio de Stanley Kubrick. Tal vez especule demasiado.

Adivagar dijo...

Hola Dardo. Ya lo creo que conozco esa película, de hecho la tengo entre mis favoritas en mi perfil. Y esa primera escena es un clásico de la historia del cine. Magnífica. He leído también los libros, 2001 y sus secuelas 2010, 2061 y 3001. Todas son novelas maravillosas, de Arthur C. Clarke. La primera fue escrita ya con la intención de que Kubrick la llevara al cine (eran grandes amigos).

La metáfora de la escena creo que va más allá de la violencia. El libro lo explica mucho mejor. Va contando las enormes dificultades en la vida cotidiana de esos homínidos, y como un pequeño cambio en su pensamiento, una ligera chispa, les llevó al uso de herramientas. Les valió para defenderse de sus depredadores, para cazar y, también, para expulsar a sus congéneres de sus territorios. Esa violencia y territorialidad eran muy importantes para la supervivencia y la perpetuación de sus genes, que al fin y al cabo es lo que buscan todas las formas de vida, ya que en un entorno tan hostil su nicho ecológico solo puede ser ocupado por unos pocos individuos. La naturaleza no era capaz de alimentar más que a unos pocos, y el uso de herramientas, aunque fuera una simple quijada, les otorgó un poder que sus congéneres, depredadores y presas no tenían. Y seguimos llevando esa violencia en los genes, millones de años después...

La escena efectivamente es una metáfora de la violencia, pero va más allá. Era la supervivencia del más apto (la naturaleza es realmente cruel), metáfora de cómo la inteligencia puede mejorar la adaptación al entorno, de cómo un pequeño cambio en el cerebro, en nuestra concepción de medio, una pequeña chipa de inteligencia, nos puede llevar a las estrellas. También en ese enorme flashback entiendo algo más que el autor nos quiere decir: seguimos siendo ellos, por más que nos vistamos de tecnología, seguimos siendo animales.

Los libros son altamente recomendables. Están repletos de metáforas sobre la mente, la inteligencia, la conciencia, la vida y la muerte, nuestro lugar en la creación. La novela de Clarke es una cosmovisión reconfortante, sobrecogedora, optimista, universal, misteriosa, fascinante. Y enormemente difícil de llevar al cine, por lo que la obra de Kubrick tiene aun más mérito.

Con respecto a lo de los paquetes de ondas, decir que la ciencia, la teología y la filosofía son enormemente cercanas. Son formas de buscar la verdad sobre nuestra existencia y sobre lo que nos rodea. Y en ningún caso incompatibles. Muchos quieren ver en la ciencia razones que justifiquen la existencia o ausencia de dios. Yo cuanto más conozco más pienso que hay algo más.

Un saludo, amigo.

Anónimo dijo...

Me cuento también entre los que tienen esta película entre sus preferidas. Me encanta esta película por su simbolismo y porque te plantea cuestiones de fondo. Me gustan las películas que te invitan a un diálogo y no te dejan indiferente.
En la parte primera que comentais deja más claro Kubrick lo que quiere contar. La parte final es más abstracta y podrían sacarse conclusiones diversas ( por ejemplo con el monolito) La respuesta está más en el aire. Pero me gusta que simplemente te deje flotando en el espacio, contemplando y sumergido en nuestra propia ignorancia y por lo tanto en la sorpresa.

VdT dijo...

Estoy contigo dardo, este blog esta cada vez más interesante: compensado, equilibrado en las formas y en sus contenidos... Empiezo a setirme un poco abrumado, para bien, por un buen amigo.
Solo quería hacer un leve apunte. Realmente puede cosniderarse que la materia es "materia vacia", que entre partícula y partícula que componen la materia en sus diferentes niveles de escala, existe un espacio que para nosotros, empequeñecidos a esa escala, sería grandísimo. El apunte está en que las interacciones entre partículas por si mismas no son interacciones energéticas, sino más bien interacciones electromagnéticas onda-corpúsculo, que implican, eso sí, la interacción entre sí de entes (materia, partículas de materia) con estados energéticos diferentes, que interaccionan entre sí, dando lugar a variaciones energéticas en el sistema en estudio.
En definitiva, las interacciones entre partículas son energéticas en el sentido de que suponen la interacción de partículas (huecas o no) que contienen en sí mismas energía y que están en estados energéticos diferentes, que varían al interaccionar entre sí.

Adivagar dijo...

Hola nompraevalevunt. Menudo nombrecito te has buscado, ¿algún día nos dirás qué significa?

El final de la película es bastante abstracto, pero es que en la novela tampoco lo aclara mucho. En las siguientes lo explica un poco mejor, pero sigue siendo algo misterioso y que induce a la reflexión.

Un saludo.

Adivagar dijo...

Viajero, te ha salido la vena de químico, eh?

Me alegro, que seguro que puedes aportar mucho como experto en el tema. Cuando leas algo incorrecto me lo comentas, yo encantado de tenerte por aquí. Se parecen algo a nuestros paseos por San Fernando a las tantas de la noche...

Blanca dijo...

Ojalá hubiera tenido durante mi vida estudiantil algún profesor que me hubiera hecho amar las matemáticas, la física, la filosofía... si tu hubieras sido mi profesor, sin duda ahora amaría más ciertas materias que, salvo la filosofía, reconozco desconocer, pero que leyéndote me resultan interesantes, esclarecedoras y, en definitiva, amables.

VdT dijo...

Una corrección a mi comentario anterior,...
Realmente, al hablar de interacciones, lo correcto sería hablar de fuerzas. Así al hablar de interacciones electromagnéticas, me refiero a las fuerzas que actuan sobre uno y otro cuerpo material, en este caso hablamos de partículas de materia...
Desde el concepto "clásico" de fuerza y energía (trabajo), se produce un trabajo cuando una fuerza actúa sobre un cuerpo, produciendo en el un desplazamiento. En ese caso se producirá un trabajo, que es al fin y al cabo un gasto de energía.
Así, pensad en el singular momento en que sentimos tocar algún objeto con la mano, o cuando nos damos un abrazo o chasqueamos los dedos, o incluso cuando sentimos el calor de una superficie caliente, por ejemplo una sertén,... En esos instantes, no realmente no estamos "tocando" materia, lo que sentimos es el resultado de la interacción entre sí de los electrones de las capas (orbitales) más superficiales de ambos puntos "de contacto" en ambas porciones de materia... lo cual, si recordamos lo que decía adivagar de que la distancia entre los electrones y el núcleo es "my grande" (existe vacio entre ellos), podemos hacernos una mejor idea de que la realidad del tacto es, en parte, una fantasía.
Comentario aparte merece lo siguiente: los electrones, como toda partícula o conjunto de partículas de materia, presentan un comportamiento onda-partícula (ppio de De Broglie, dualidad onda-corpúsculo), es decir se comportan como partículas de materia "puntuales" (les afecta la gravedad, etc), y sin embargo, en contra de lo que se pudiera pensar "por intuición", ocupan un espacio "no puntual", es más, ocupan espacios "de probabilidad" en torno al núcleo, y existe, aunque sea solo mínima, una probabilidad de que ese electrón (o parte de el) esté fuera del espacio ocupado materialmente por el átomo, es decir, el electrón, como onda, trasciende los límites de lo que clásicamente conocemos como partícula material y del atomo.
Por supuesto que todo esto podría expresarse mejor,... pero creo que no tengo esa habilidad "divulgativa" que tiene nuestro querido adivagar.
Saludos

Adivagar dijo...

Viajero, tu comentario, muy esclarecedor. Debrías darle caña a tu blog y dar rienda suelta para enseñarnos un poquito de química a los demás (o lo que te apetezca).

Un apunte, quizá la fantasía sea pensar que los objetos son sólidos. La interpretación que hace nuestro cerebro de los estímulos que recibe hace que los veamos como sólidos impenetrables, cuando la realidad es que materia, poquita, poquita. De hecho, en todo momento nos están atravesando millones y millones de neutrinos, que no llegan a interactuar con ninguno de nuestros átomos.

Adivagar dijo...

Blanca, muchas gracias por tus palabras. Me alegro de que te parezcan amables, porque al escribirlas muchas veces me parecen demasiado áridas y pesadas...

Cada uno tenemos nuestras pasiones, y las tuyas también las expresas de maravilla en tu blog (aunque en muchas cosas no coincidamos, ya sabes ;).

Un saludo, amiga.

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