La nube de Oort y nuestro origen
Hay un reino de oscuridad al que ni siquiera llega el dios griego del inframundo, Plutón. Es un mundo lejanísimo al que jamás llegará ningún ser humano, nunca, pues está a una distancia tan abismal que ni tan siquiera podemos llegar a entender. Y sin embargo es un mundo aun al amparo de nuestro sol.
Se trata de la nube de Öpik-Oort, por el astrónomo estonio Ernst Öpik y su colega holandés Jan Oort. Es un mundo de escombros, de los restos de las materias primas con las que se formaron el sol y los planetas. Y todo lo que en ellos mora, todos los seres vivos que jamás pisarán la Tierra, incluidos, por supuesto, nosotros mismos o los materiales con los que se ha fabricado este ordenador. Es la materia prima de la vida.
Para hacernos una idea de su lejanía, comparémosla con la distancia de la Tierra al Sol. Es una distancia realmente grande, 150.000.000 kilómetros. O lo que es lo mismo, una Unidad Astronómica (1 UA). La luz tarda unos 8 minutos en recorrerla. Plutón se encuentra a 40 UA de nosotros. Una distancia enorme. El centro de la nube de Oort se encuentra a unas 50.000 UA... y se extiende hasta unos dos años luz de nosotros.
A pesar de todo imaginemos que nos hayamos allí. Básicamente estamos en un espacio vacío. Realmente el espacio hace honor a su nombre. Se esconden allí millones y millones de cuerpos. De cometas, escombros, cuerpos mayores que Plutón y a pesar de ello invisibles a nuestros ojos por su enorme lejanía y la poca luz que reflejan. Tan lejos que de hecho el sol no es más que una estrella especialmente luminosa. Ni tan siquiera es la estrella más brillante de ese cielo. El número de estos objetos es inmenso, pero el espacio lo es aun más, por lo que la distancia media entre ellos sigue siendo enorme. La nave espacial más rápida que jamás ha creado el hombre tardaría 12.000 años en salir de esta nube, y aun así no estaríamos más que a mitad de camino de la estrella más cercana, Próxima Centauri. El espacio es realmente grande.
Y esta mal llamada nube es la misma factoría de planetas que creo la Tierra. Hubo un tiempo en el que la Tierra no era más que un conjunto de pequeños objetos como estos no mayores que un garbanzo, muy alejados entre ellos e iluminados por un jovencísimo y menos luminoso sol. Objetos oscuros y fríos perdidos en el espacio. Todos los átomos que nos forman, que forma nuestro corazón y cabellos, sangre y huesos, dispersados a lo largo de millones y millones de kilómetros, esperando una secuencia casi imposible de acontecimientos que miles de millones de años después los juntaría para formar un ser vivo y consciente que se pregunta de donde demonios ha salido. Pues eso, del inframundo, más allá de Plutón.
9 comentarios:
Oh! pero que interesante. Cada día se aprende más. Me voy tan ilustrada, y de paso algo más sosegada pues he venido algo indignada. ¿Quién iba a creer que el mundo se descompone como está pasando?
Me encantó visitarte. Un abrazo, Martha Colmenares
Todas estas cosas me han causado siempre una gran inquietud, un desasosiego que es físico, adivagar... cuando te leo, y todos los días entro varias veces para ver si hay algo nuevo, no es que entienda lo que antes no comprendía, sigo sin entender tamañas magnitudes, pero explicadas de manera tan sencilla pierden parte del miedo que causa el pensar en ellas.
Un beso
y se supone que todavía hay un mas allá.
Estas cuestiones a mi se me van de las manos, pero no dejor de reconocer que es algo fascinante.
Y me gusta venir a verte, pues cada vez que entro, salgo un poquito menos ignorante
Me va a acabar convenciendo Nonpraevalebunt de que la ciencia es al final una cuestión de fe ...
Muchas gracias por la aportación científica respecto del cortejo, uno no para de aprender con usted. Si no le importa editaré su comentario como una entrada aparte en unos días, pues me ha parecido muy interesante.
Un cordial saludo.
Amigo "vanidoso" cada vez que te leo (siempre; aunque no comente) me quedo más fascinado por el contenido y por el estilo del editor.
A mi todas estos temas del universo me encantan...Desde luego un post muy ilustrativo.
Saludos.
Enhorabuena por otra fantástica entrada. Lo que aprende uno por aquí.
Martha, me alegro de que te vayas más sosegada. De vez en cuando hay que pararse un rato y relajarse, que nuestra vida actual es demasiado estresante.
Blanca, las magnitudes del universo son inabarcables, ciertamente, y no hemos hecho más que rascar en las proximidades del sol, una estrella cualquiera entre miles de millones. Otro beso.
Paco, no es que haya más allá, es que aun no hemos salido de nuestro sol. Es imposible abarcar con nuestra mente esas magnitudes.
Sigurd, puedes hacer con el comentario lo que quieras, sin problema, me alegro de que te gustara mi aportación.
Dardo, amigo, algo de vanitas vanitatis tenemos todos, no? Escribo principalmente para mí, me gusta escribir, pero claro, también me gusta que me lean, como os comenté en el blog de animal. Y vosotros dos, Dardo y animal sois los principales culpables de este blog... Me alegro de que a ambos os haya gustado la entrada.
Butzer, si te gustan estos temas, puedes mirar los enlaces a blogs científicos que tengo en la barra. Son muy interesantes e ilustrativos. Se lo recomiendo a todos, porque vienen bien para desconectar un poco de la tensión política, que es la principal temática de los blogs. Es mentalmente sano y relajante.
Un saludo a todos!
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