No es fácil ser un fósil
La verdad es que es difícil ser un fósil. Y además no debe ser muy agradable. Se tienen que dar muchas circunstancias para convertirse en un fósil. Primero debo remarcar que un fósil es solo una impronta de un organismo vivo, no es el organismo en sí. Un hombre momificado del antiguo Egipto no es un fósil. Un fósil es piedra, roca, con la forma del ser vivo que durante millones de años le sirvió de molde.
La primera condición para ser un fósil es que debes morir en la flor de la vida. Huesos frágiles no son los mejores para perdurar el tiempo necesario (los tejidos blandos prácticamente nunca fosilizan). Normalmente debes ser víctima de un desastre natural, un corrimiento de tierras, una avalancha, algo violento que entierre repentinamente una gran superficie. Por este motivo los hallazgos no suelen venir solos. Pero no es suficiente esto, la avalancha debe ser del material adecuado, no todos son válidos para fosilizar. Debe haber una ausencia casi total de oxígeno que preserve los huesos de la descomposición. Y aun así sigue siendo difícil. Pero lo más complicado de todo es acabar en un museo. Eso ya es para nota.
Se ha calculado que de toda la humanidad que ha existido desde el inicio de los tiempos quizá lleguen a fosilizarse huesos para juntar unos 10 individuos... Y luego habría que encontrarlos en millones y millones de hectáreas. La estimación más optimista (por decirlo de alguna manera) es que de toda la humanidad, el número de individuos que en un futuro remoto puede servir de prueba de nuestra existencia como especie es de... cero. Ninguno de nosotros va a terminar dentro de una vitrina. Nuestra especie, como todas las demás, no soportará la prueba del tiempo. Terminará perdiéndose para siempre, todos nuestros logros, nuestro avance, nuestras amarguras, nuestras historias, eternamente ocultas en las arenas del tiempo, hasta que deje de lucir la última estrella del universo.
Y lo mismo sucede con todas las especies vivas que han existido en la Tierra. Tenemos la impresión de que lo conocemos todo sobre el pasado de nuestro planeta, pero nada más lejos de la realidad. Tenemos catalogado apenas un 5% de las especies que suponemos que moran en la Tierra en la actualidad, y el pasado remoto es mucho más oscuro. Se estima que solo una de cada 10.000 especies dejan algún registro fósil. Eso quiere decir que el 99,99% de las especies que han existido a lo largo de toda la vida de nuestro planeta se ha extinguido sin dejar el más leve rastro de su existencia. Es absolutamente imposible que jamás las conozcamos. Y del 0,01% restante, tenemos algunos fósiles de algunas de ellas.
La información es mínima. Demasiado escasa como para poder imaginarnos un paisaje del cámbrico o del jurásico. Los científicos dan sus visiones de cómo debían ser los ecosistemas, pero no son más que conjeturas. Suelen tener la misma fiabilidad que la contabilización de una manifestación en Madrid. Básicamente, no conocemos nada, aunque intentamos imaginárnoslo.
6 comentarios:
Oye adivagar, te propongo una tarea. No sé si será muy difícil.
Partimos de la cola del médico que hemos hecho desde la Puerta del Sol hasta la costa oriental rusa.
Supongamos que se trata de una cadena en la que cada eslabón es uno de los hombres.
¿podríamos saber qué restos de qué eslabones hemos encontrado? ¿y donde se encontrarían esos eslabones en toda esa gran cola?
Si es demasiado difícil perdóname por mi petición pero es fruto de mi ignorancia sobre el tema. Un abrazo
Buf, es muy dificil saberlo. Voy por parte.
Si los restos son muy recientes (algunos miles de años) podemos identificar la zona de la cadena en la que están por objetos del entorno en el que aparecieron los restos y al estudio de los restos genéticos que puedan obtenerse. Pero esto es válido solo para los primeros eslabones y para situar los restos con baja certidumbre.
Si los restos son relativamente recientes (cientos de miles de años o pocos millones de años), solo podemos acudir al recurso de comparaciones anatómicas. Tenemos restos orgánicos (no fósiles) muy degradados. Se trata, por ejemplo, de ir comparando la pelvis o los huesecillos de los oidos de individuos de diferentes periodos y deducir el camino de la evolución. Es muy inexacto y depende mucho de la interpretación. De hecho aun no sabemos si el hábilis es descendiente nuestro, si el anteccesor está en la rama sapiens o en la neanderthal, ignoramos dónde situar al heidelberguensis, e incluso si el hombre de flores es una especie nueva o un homo con microcefalea...
Nuestro desconocimiento es descorazonador.
Y cuando hablamos de decenas o cientos de millones de años ya es dificil identificar hasta los filum, las familias de seres vivos, y seguir la pista es una tarea de fe ;)
Hay fósiles que se han interpretado al revés (patas traseras como zancos cuando eran antenas en la cabeza), otros que se suponían mamíferos planos como un trilobite cuando simplemente es que murió aplastado por un corrimiento de tierras... Los datos son poquísimos, y las certezas, ninguna. Pero no queda más remedio que intentar seguir con el puzle si queremos conocer nuestro pasado.
Una vez que sabes estas cosas, parece mentira que el hombre sea tan soberbio que crea que va a perdurar... es un átomo en medio de la inmensidad, una milimicra de materia viva que nadie recordará, igual que ahora recordamos al trilobites, sin duda más importante que cualquier humano...
"Antes que naciesen los montes,
o fueran engendrados la tierra y el mundo, desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios.
Devuelves el hombre al polvo, diciendo: "Retorna, hijo de Adán".
Porque mil años delante de tus ojos
son como el ayer, que pasó, y como una vigilia en la noche.
...
Que tus siervos vean tus obras, y su descendencia tu gloria.
Sea la bondad del Señor nuestro Dios sobre nosotros, y haga prosperar las obras de nuestras manos;sí, haga prosperar nuestras obras."
Del SALMO 90 de la SAGRADA BIBLIA
Saber que desconocemos tanto es descorazonador, como bien dices, pero también es excitante, porque queda muuuuucho por descubrir, muchas teorías que tirar por tierra, muchas otras que construir...
Los pequeños fósiles habladores, que nos van dando pistas del pasado...
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