"Tras cada hombre viviente se encuentran treinta fantasmas, pues tal es la proporción numérica con que los muertos superan a los vivos. Desde el alba de los tiempos, aproximadamente cien mil millones de seres humanos han transitado por el planeta Tierra. Y es en verdad un número interesante, pues por curiosa coincidencia hay aproximadamente cien mil millones de estrellas en nuestro universo local, la Vía Láctea. Así, por cada hombre que jamás ha vivido, luce una estrella en ese Universo." Arthur C. Clarke

viernes, 26 de octubre de 2007

La (posiblemente) peor expedición científica de la historia

Posiblemente ésta sea la expedición científica más desgraciada de toda la historia. O por lo menos una de ellas. Corría el año 1.735 cuando la Real Academia de Ciencias Francesa organizó y financió una expedición científica a Perú con el objetivo de medir la longitud de un grado de meridiano, para con ello determinar con exactitud el tamaño de la Tierra. Esta expedición fue encabezada por el hidrólogo francés Pierre Bouguer y el matemático, también francés, Charles Marie de La Condamine, e intentaron medir ese grado en una línea recta que iba desde Quito hasta Cuenca, Ecuador, a lo largo de 320 kilómetros a través de los Andes y de la selva.

Os preguntaréis porqué se embarcaron en esa peligrosa expedición cuando podían haberlo medido sin salir de Francia, ¿no? Pues hoy en día nos lo seguimos preguntando. Lo cierto es que los científicos del siglo XVIII no solían hacer las cosas de modo sencillo si había disponible una alternativa complicada. La excusa era poder medir la excentricidad de la Tierra, pero en primer lugar no había tecnología lo suficientemente precisa para medirla y en segundo hacen falta dos medidas en latitudes diferentes. Podían haber empezado por la medida en Francia...

Las cosas empezaron a ir mal prácticamente desde el principio de la expedición. A los pocos días de llegar a Quito tuvieron que salir precipitadamente de la ciudad precediendo a una turba alborotada que pretendía lincharlos. Aun hoy desconocemos el motivo. Y unos días después la expedición se quedó sin médico. Fue asesinado, al parecer por un malentendido por una mujer.

Pero esto no era más que el principio. El tercero de a bordo tras los dos directores se fugó a los pocos meses con una muchacha de trece años y nunca más se supo de él. Tuvieron que atravesar los andes cargados con un pesado equipo científico y muy mal equipados para el frío. Hubo muchas muertes causadas por diversas enfermedades y caídas. El botánico se volvió loco en mitad de la expedición, que además debió ser paralizada durante ocho meses por un problema burocrático. En mitad de la expedición, los miembros españoles que la vigilaban al tratarse de suelo español tuvieron que acudir a sofocar una rebelión, paralizándose de nuevo las tareas.





Al término de la aventura, nueve años después, en 1.744, los directores no se hablaban entre sí y el equipo se había dividido en dos. Pero finalmente no todo fueron fatalidades. Después de nueve años la expedición pudo traerse consigo algunos avances científicos significativos. Se consiguió una medida de un grado de meridiano con la que se definió la unidad de longitud del metro, que se popularizó desde entonces, usándose el sistema métrico de forma universal. Pero para los protagonistas de la expedición, sin duda esta aventura les cambió la vida.

3 comentarios:

Gonover dijo...

Estos franceses no estaban muy bien de la cabeza. Y vaya tela con las ecuatorianas, vamos, era verlas y un franchute detrás de ellas....

¡Así no hay manera de investigar hombre!

En fin, me imagino que tomarían nota para la siguiente expedición hacerla por el Sena.

Muy curiosa entrada adivagar, ¿de dónde sacarás cosas tan peculiares?

Sigurd dijo...

Esa expedición compite con una realizada por un grupo de australianos que se proponían explorar el desconocido Outback. Lo cuenta el graciosísimo Bill Bryson en su libro de viajes sobre Australia.

Les contaría la historía, pero no la recuerdo. Sólo recuerdo que fue un fracaso inmenso.

Adivagar dijo...

Anda!, pues la idea la he sacado de otro libro de Bill Bryson, y la he desarrollado con diversa documentación... Ese autor es un divulgador como la copa de un pino. Y no es científico, es periodista...

De todos modos tengo que repasarla, porque hay un dato que no encaja. Esta expedición es conocida como la expedición de La Condamine a Perú, pero el inicio y el final están en Ecuador. Miraré bien si es cuestión geográfica o hay algún dato erroneo en la entrada.

Un saludo.

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